En ocasiones, cuando los dados o los números son sobradamente contudentes, puede parecer innecesario expresar una misma información de maneras diferentes, pensando que no necesitan de más ayuda para incidir en la gravedad de lo que reflejan. Ese es el caso de las cifras en las que la ciencia establece cuáles son los niveles de radiación electromagnética saludables o prudentes para con nuestra salud y la del planeta, y las que marcan las distintas legislaciones internacionales permitidos. A pesar de conocerlas bien, me ha sorprendido mucho verlas representadas en el siguiente gráfico dinámico.
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