miércoles, 23 de abril de 2014

La farola-cargador del Corte Inglés de Murcia

Hace unos días, leí con estupor que el Ayuntamiento de Murcia ha instalado recientemente una farola "solar" para cargar móviles y dispositivos en la vía pública (en una de las calles más distinguidas de la ciudad, peatonal y con rentable parking, frente a los grandes almacenes de referencia nacional) por el módico precio de 7.000 €.



Para mayor orgullo del murciano de a pie, la noticia abunda en un dato comparativo: la farolita sólo cuenta con un antecedente puesto a prueba en la ciudad de Nueva York. (Nadie se ha hecho eco, sin embargo, de la reciente noticia que anuncia cómo los neoyorquinos están volviendo notoriamente a privilegiar el uso del cable.

Aquí vemos a varios vecinos de la ciudad utilizando con expresión alegre la novedosa tecnología.

Al leer la noticia, pensé en el Libro de Los Pasajes de Walter Benjamin.

Los materiales de trabajo de ese pequeño texto son un tesoro para la comprensión de la gestación histórica del capitalismo reciente, del comercio, en definitiva, del modo de vida de los siglos XIX y XX en Europa. El surgimiento de los llamados Pasajes, las primigenias "galerías comerciales" o pasajes de almacenes, se levanta sobre distintos pilares: uno de ellos fue la iluminación.
Benjamin estudia cómo los pasajes son testigo de un cambio lumínico que afectará a la formación del interior de la persona. La luz de gas se cambia por la luz eléctrica.


El discurso es conscientemente pesimista. Benjamin, frankfurtiano y marxista, ve en el horizonte la fantasmagórica sustitución que en todos los órdenes va a tener lugar en las formas de vida, gracias a la maquinaria productiva de la revolución industrial y del nuevo capitalismo. La anticipación de Benjamin no alcanzó a la farola solar de Murcia, imagen que gana enteros y retuerce más si cabe la triste imaginería propia del mundo virtual y la pseudo-ultraconectividad que hoy nos ilumina a costa de los graves riesgos para la salud de la radiación electromagnética.

Como digo, los materiales que, junto con los borradores del texto original, fueron publicados hace unos años por la editorial Akal ofrecen muchas vías de reflexión y ha sido una de las lecturas que más he disfrutado en mi formación.

¿Qué pensaría Benjamin de la farola "solar" murciana para cargar móviles frente al Corte Inglés?

¿Qué soluciona una farola-cargador?
¿Es un capricho municipal?
¿Un gesto simbólico de apertura a la modernidad tecnológica?
¿Cuántos móviles se van a poder cargar al día en la farola?
¿Compensa el desembolso?
¿Responde esa instalación a una política planificada? ¿De qué tipo?
¿Es que han pensado poner más farolas-a 7000 €/ u- para garantizar ese servicio en toda la ciudad? ¿Es que han pensado que sólo va a haber una farola-cargador?

¿Qué tipo de persona -a no ser por descuido o por olvido- necesita cargar el móvil en la calle de manera que eso justifique que un Ayuntamiento se preocupe por cubrir esa carencia y esa laguna energética y garantizar con ello un derecho de recarga?
Al inmiscuirse en esa tarea, ya que la facilita con medios y espacios públicos ¿se responsabiliza el Ayuntamiento de los efectos negativos para la salud que se corren con la utilización de dispositivos y redes inalámbricos?

¿Por qué no instala el Ayuntamiento farolas solares que suministren esa energía a colectivos y funciones más necesarios dados los índices de pobreza energética con los que cuenta el país?

¿Por qué en Murcia, una región con más de 300 días de sol al año, se han arruinado los pequeños y medianos empresarios que invirtieron su dinero en huertos solares porque la administración les ha retirado unas ayudas que tenían firmadas por contrato y ahora se facilita energía solar a los consumidores de las telefónicas?

¿No es ese un servicio que deberían, en todo caso, suministrar las empresas de telefonía si quieren con ello promover el consumo?

Al ser las farolas un bien inmueble municipal que no puede ser instalado por una empresa privada -imagino que salvo acuerdo expreso justificado, ¿es esta farola solar un mero ensayo de opinión o de colaboración con la industria?

¿Por qué no hay fuentes en los parques infantiles de Murcia para que beban los niños mientras juegan y sí hay, sin embargo, farolas para cargar los móviles?

Sólo ha faltado que la inaugurara un obispo -con todos los respetos.


1 comentario:

  1. es que el obispo estaba empeñado en hacer cruces con recarga jajaja
    chao

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