miércoles, 20 de noviembre de 2013

Caso para la adopción de políticas de precaución en salud pública en relación al uso de teléfonos móviles, inteligentes e inalámbricos.

Traducción al castellano del texto de Don Maisch:



 
Caso para la adopción de políticas de precaución en salud pública en relación al uso de teléfonos móviles, inteligentes e inalámbricos.
Nuevas evidencias de riesgos para la salud señalan la necesidad de tomar acciones urgentes.
Dr. Don Maisch
Actualizado 25 Enero 2013

Trasfondo
En Marzo del 2009 tres neurocirujanos australianos, los doctores Vini Khurana, Charles Teo y Richard Bittar, escribieron una “Carta al editor” de la revista médica Surgical Neurology. Titulada “Riesgos de la tecnología de telefonía móvil para la salud”, la carta expresaba la preocupación de estos neurocirujanos por lo que ellos consideraban como un serio y emergente riesgo para la salud pública por parte del uso, localizable en cualquier lugar, del teléfono móvil y la creciente evidencia de daños, que incluyen tumores cerebrales y de la glándula salivar, infertilidad masculina, perturbaciones del comportamiento y electrosensibilidad. Los autores concluían recomendando con fuerza que el uso de teléfonos móviles debía ser restringido para los niños.[1]
Con anterioridad, Khurana, Teo y Bittar habían expresado públicamente su preocupación sobre lo que ellos estaban viendo en sus quirófanos. Por ejemplo, el Dr. Teo dijo en una entrevista al 60 Minutes (3 de Abril del 2009) que estaba comprobano un incremento de la incidencia del cáncer cerebral y, como resultado, el público debía ser informado de todas las causas potenciales de la enfermedad. Teo dijo que él estaba “increíblemente preocupado, deprimido por el número de niños que estoy viendo llegar con tumores cerebrales... Sólo en las últimas tres o cuatro semanas, he visto aproximadamente media docena de chicos con tumores, que deberían haber sido benignos y han sido malignos. Estamos haciendo algo terriblemente mal.”[2] Khurana comparte las preocupaciones de Teo ya que él también está “viendo demasiada gente joven con esos tumores.”[3] Esas preocupaciones fueron significativamente reforzadas en 2011 cuando la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó las emisiones de radiofrecuencia de teléfonos móviles como posible carcinógeno humano (2b).
A pesar de que esas preocupaciones ocurrieron hace más de tres años y provenían de neurocirujanos cuyas opiniones estaban formadas por lo que ellos veían realmente en los quirófanos, esta información no ha tenido impacto general significativo en el público australiano. En parte, eso es debido a los mensajes opuestos lanzados en los medios por organizaciones tales como la Asociación de Telecomunicaciones Móviles Australiana (AMTA). Una nota de prensa de AMTA afirma, por ejempli, que “los estándares (para el uso de teléfonos móviles) incluyen márgenes de seguridad incorporados que proporcionana protección a todos los usuarios, incluyendo personas mayores, niños, etc, sin importar la frecuencia y su uso. La gente puede confiar en que no existe base estadística, médica o biológica para establecer un vínculo entre uso de teléfono móvil y cáncer cerebral.”[4]

Es bien sabido que ese tipo de mensajes contradictorios crean dudas en la mente del público y tienden a retrasar o bloquear movimientos de protección de la salud pública. Esto ha sido examinado con detalle en el libro de Oreskes y Conway, Mercaderes de dudas, el cual debía ser leído por todo aquel que le interesen las controversias científicas.
Este escritor opina que el peso de las recientes evidencias sobre el posible incremento de riesgo de efectos adversos para la salud debido al uso del teléfono móvil, como se especifica anteriormente, es actualmente significativo como para provocar políticas preventivas de salud pública para reducir esos riesgos. No se trata de dar de lado los beneficios de la tecnología sino de usarla sabiamente para reducir esos riesgos.
Nuevas evidencias
Agosto 2012:  Como resultado de la regulación de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) que clasificó las emisiones de radiofrecuencia de los teléfonos móviles como posible carcinógeno humano, en Agosto de 2012, el gobierno australiano estableció un fondo de 2’5 millones $ para la creación de un Centro de Investigación de Excelencia (CRE) en la Universidad de Wollongong, para investigar esta cuestión en concreto.[5] La ministro de salud, Tanya Plibersek, habló el 2 de Agosto en una nota de prensa sobre la necesidad de la investigación: “con más de 5 billones de sucriptores a teléfonos móviles en todo el mundo, la energía electromagnética que alimenta esta tecnología está ahora en todas partes, los posibles efectos para la salud que se le asocian constituyen una preocupación general de toda la comunidad.”[6]
Octubre 2012: Tal y como se publica en Microwaves News, la Corte Suprema italiana ha otorgado una compesación laboral a un empresario que desarrolló un tumor cerebral después de usar un teléfono móvil durante 12 años, estableciendo una clara conexión entre tumor y uso prolongado del móvil. Esa setencia es definitiva y no puede ser recurrida. Ello podría reforzar la presentación de demandas contra los fabricantes de móviles y los proveedores de servicios. De manera interesante, la corte hizo una clara distinción entre investigación fundada independiente y fundada de la industria, indicando anormaliddes en los datos científicos de base.[7]
Diciembre 2012: La Academia Americana de Pediatría, una organización profesional con 60.000 pediatras de atención primaria, especialistas médicos pediátricos y cirujanos pediátricos  llamaron a la acción para proteger a los niños y adolescentes de los posibles daños de los teléfonos móviles. El presidente de la AAP, Thomas K McInermy escribió en apoyo de una cuenta del congreso pidiendo más investigación y etiquetas de advertencia en los móviles.
La AAP apoya con fuerza H.R. 645’8 haciendo énfasis en el examen de los efectos de la energía de radiofrecuencias (RF) sobre la población vulnerable, incluyendo niños y mujeres embarazdas. Además, nos satisface que la cuenta requiera la consideración de tales efectos, cuando se desarrollen estándars máximos de exposición. Los niños se ven desproporcionadamente afectados por la exposición ambiental, incluyendo radiación de telefonía móvil. Las diferencias en la densidad ósea  en cantidad de fluído cerebral en el cerebro de un niño, comparado con el de un adulto, podría permitir que los niños absorbieran mayores cantidades de energía de RF y de manera mucho más profunda en sus cerebros que los adultos.[8]
Diciembre 2012: Un estudio reciente de usuarios de telefonía móvil en Arabia Saudí, donde aparentemente se da la tasa mayor de usuarios de móviles en el mundo (180 por cada 100 residentes) ha hallado que el uso prolongado de teléfonos móviels estaba asociado con un número de problemas de salud, incluyendo fatiga, dolores de cabeza, aturdimiento, perturbaciones del sueño y la tensión. Como resultado de este hallazgo, investigadores del Colegio de Medicina de la Universidad del Rey Saud han hecho un llamamiento para que se haga una campaña de alerta a los ciudadanos sobre los peligros de los móviles para la salud pública.[9]
3 de Enero 2013: El Dr. Lennart Hardell y su grupo de investigación en Suecia publicaron en la revista Pathophysiology un texto reciente. Se trataba de un meta-análisis de datos de investigación previos sobre el riesgo de tumor cerebral y uso de teléfonos móviles. Ellos encontraron que “hay un patrón consistente de incremento de riesgo de glioma y neuroma acústico aosicado con uso de teléfonos inalámbricos (teléfonos móviles e inalámbricos) principalmente basado en resultados de estudios de casos de control del grupo Hardell y los resultados de Estudio Final Interphone.” Los autores concluyeron que los estándares existentes de exposición a radiofrecuencia “no son adecuados para la proteger la salud pública”.[10]
7 de Enero 2013: Un nuevo informe realizado por el grupo de trabajo Bioniciativa revisó alrededor de 1800 nuevos estudios científicos, llegando a la conclusión parcial de que con el uso tanto de teléfono móvil como de teléfono inalámbrico se da un patrón consistente de incremento del riesgo de glioma (tumor cerebral maligno) y de neuroma acústico. En los veintiún capítulos del nuevo informe, 29 científicos independientes y expertos sobre salud de 10 países revisaron las nuevas investigaciones (textos del 2006 al 2011) sobre los posibles riesgos de las tecnologías inalámbricas y los campos electromagnéticos. El grupo contiene 21 licenciados en medicina, 21 doctorados, y tres MSc, MA or MPHs. Entre los autores hay tres presidentes y cinco miembros fundadores de la Sociedad de Bioelectromagnetismo (BEMS). Un autor distinguido es el presidente del Comité Nacional Ruso de Radiación No-Ionizante. Otro es Consejero Senior de la Agencia Ambiental Europea. El Dr. David Carpenter, co-editor del informe declara: “Existe ahora mismo mucha más evidencia de los riesgos para la salud que afectan a billones de personas en todo el mundo. El status quo no es aceptable a la luz de la evidencia de los daños.”[11]
24 de Enero, 2013: La Agencia Ambiental Europea publicó un informe de 750 páginas para alertar a los gobiernos sobre la necesidad de atender a las señaldes tempranas de advertencia sobre los riesgos para la salud de la tecnología, incluyendo teléfonos móviles. El informe acusa a la industria de la telefonía móvil de “inercia” debido a su falta de acción en investigación y regulación de IARC. El informe también critica a los medios de comunicación por no “proveer al público con información robusta y consistente sobre los riesgos potenciales para la salud”. La inacción de los gobiernos también cae bajo el escrutínio del informe con la preocupación de que los gobiernos nacionales estén eludiendo “sus responsabilidades para proteger la salud pública de esta ampliamente expandida fuente de radiación.” El informe reclama acciones preventivas para reducir la radiación de telefonía móvil para minimizar la extensión y seriedad de los riesgos para el cerebro y para otros órganos. [12]
El especial caso de los teléfonos inteligentes
Es importante indicar que ninguna de la investigación realizada hasta el momento para concretar sobre los efectos para la salud de los teléfonos móviles se ha efectuado utilizando la nueva generación de teléfonos inteligentes. Estos teléfonos han ganado capacidad computadora utilizando potentes procesadores de datos, dando un amplio rango de aplicaciones que no eran posibles para un teléfono normal. Por ejemplo, actualmente en Victoria, la puesta en marcha de la controvertida rejilla de electricidad inteligente promete que el dueño de la casa sea capaz de monitorizar de forma remota el uso de la electricidad y el control de los electrodomésticos a través de un smart phone el cual será una parte esencial del sistema de monitorización de la electricidad.
El resultado de todo este incremento de tecnología es la capacidad de trasmitir y recibir información a gran escala. Esto significa que dependiendo de cómo sea utilizado el teléfono, podría resultar en exposiciones más elevadas para el usuario. Esta puede ser una cuestión en relación a los datos que encuentra que el uso de un smart phone típico puede generar un tráfico de datos 24 veces mayor que el de un móvil “tradicional”.[13] Así, si la evidencia de riesgos para la salud para teléfonos móviles convencionales son reales, ¿se amplían esos riesgos para los teléfonos “inteligentes”? En esto momento, no es posible simplemente decirlo porque la investigación no ha sido hecho todavía, pero esto ciertamente sugeriría que cualquier paso para reducir la exposición a radiofrecuencias del uso smart phones son una precaución sensible.
Tasas de SAR y la importancia del factor de reducción de Cellsafe
La tasa de SAR de un móvil o de un smart phone, o la tasa de absorción específica, es una medida de la cantidad de energía de radiofrecuencia (RF) absorbida por el cuerpo cuando utiliza el aparato. Como una guía básica cuanto más bajo es el nivel de la tasa de absorción de un móvil, más bajo es el nivel de radiofrecuencia absorbido por la parte del cuerpo (como la cabeza) más cercana a la transmisión del teléfono. Cuando compremos un teléfono es recomendable probar y elegir un teléfono con el nivel de SAR más bajo, y existe un número de páginas de internet disponibles a tal efecto. Por ejemplo, techland.time.com ofrece la lista de los 10 teléfonos emisores más altos y más bajos.[14] Y cnet.com ofrece la lista de los 20 teléfonos de emisión más alta y más baja, más vendidos en los EEUU.[15]
Es evidente que elegir un teléfono con la tasa de absorción más baja, tanto si es uno convencional como si es un smart phone implicará menor exposición, dependiendo de cómo sea utilizado el teléfono. Una forma efectiva de reducir más la exposición directa a la RF de un móvil o de un smart phone es el uso de cubiertas de seguridad para móviles. Esto ha sido verificado por Tecnologías EMC, el único laboratorio acreditado NATA capaz de probar las emisiones de radiación de móviles en Australia. El director técnico de tecnologías EMC ha declarado que las cubiertas Cellsafe han sido el único producto para reducir los niveles de emisión de radiación del rango alcanzado por las cubiertas Cellsafe, comparado con otros productos testados por tecnologías EMC. Las pruebas han mostrado una reducción del 97.4% de la tasa de absorción sin afectar con ello las operaciones de los teléfonos.
Este escritor ha visto una demostración del efecto de redución de RF de la Cellsafe y con todo el corazón recomienda su uso como una parte esencial de las recomendaciones que incluye este texto. Para mayor información véase: http://www.cellsafe.com.au/
Teléfonos inalámbrico DECT
Los mismos riesgos para la salud se aplican a los teléfonos manuales inalámbricos denominados Digital Enhaced Cordless Telecommunications (DECT) como a los teléfonos móviles donde la antena se mantiene cerca de la cabeza. Sin embargo, con los teléfonos inalámbricos DECT hay cuestiones adicionales que suponen una preocupación extra.
1)   A diferencia de los móviles y smart phones que ajustan su potencia de salida para que sea la más baja necesaria para mantener la comunicación con la antena más cercana (APC-control adaptativo de potencia), muchos teléfonos inalámbricos DECT transmiten exactamente al máximo nivel de potencia.
2)   El soporte básico principal del teléfono de muchos teléfonos DECT transmite constantemente a máxima potencia, mientras la base esté enchufada a la corriente eléctrica principal. Esto normalmente es 24/7. Cuando está situado junto a una mesilla de noche la emisión pulsada de RF constante puede interferir con el ciclo de sueño/despertar y producir insomnio y otros síntomas relacionados tales cómo la fatiga. Por esa razón este tipo de teléfono no debería estar en áreas de dormitorios.[16]
Por estas razones, si un teléfono inalámbrico es necesario, elija uno con APC, que se apague cuando no lo utilice. Recomendamos aquí el teléfono Siemens Eco DECT, que posee estas características. Sin embargo, recuerde que mientras que usted tenga el teléfono cerca de su cabeza hay exposición a RF y por lo tanto mantenga conversaciones tan breves y concisas como le sea posible. Para mayor información véase: http://www.easyecoblog.com/416/siemens-eco-dect-green-cordless-phones/
 Política oficial australiana sobre uso del teléfono móvil
Si el tópico de este texto estuviése basado en la evidencia de los posibles daños de una droga farmacéutica, la evidencia acumulada hasta la fecha sería suficientemente significativa como para provocar advertencias sobre salud pública bien publicitadas. Sin embargo, hasta hoy, ese no ha sido el caso de los teléfonos móviles.  Empero, la Agencia de Seguridad Nuclear de Protección sobre la Radiación Australiana (ARPANSA) ha realizado un folleto sobrela cuestión del uso del móvil y sus efectos para la salud en donde ofrece consejo práctico sobre su uso[17], pero incluye un mensaje en negrita en la parte de arriba de la hoja que reza: No existe clara evidencia en la literatura científica sobre si a largo plazo el uso del teléfono móvil plantea un daño a la salud pública (aunque la posibilidad de un pequeño riesgo no puede ser exlcluido).
Ahora, resulta altamente discutible concluir que colleva sólo un “pequeño riesgo”.  Puedo estar de acuerdo con que el riesgo pordía ser pequeño para un individuo, en dependencia de la frecuencia con la que use su móvil, pero cuando consideramos el uso de millones de usuarios en toda la extensión de Australia ello puede equiparase con una gran crisis de salud pública para la sociedad. Esta posibilidad debe provocar una política preventiva de salud que ayude a reducir ese riesgo general.
Yendo más allá sobre la hoja de la ARPANSA, se indica que “alguna investigación ha indicado que también pueden ocurrir efectos no-termales resultantes de bajos niveles de exposición a RF. Sin embargo, la existencia de estos efectos y sus implicaciones no han sido suficientemente establecidos como para contar con ellos en los estándares.”
Con otras palabras, el consejo de ARPANSA está enmarcado dentro de los límites de los estándares oficiales que se marcaron hace años. Dado que se supone que un estárdar debe estar basado sobre la salud, continuar ignorando las acumulativas evidencias de daño, como las que se detallan en el Informe Bioiniciativa 2012, no puede ser sostenido como una buena credencial para políticas de salud pública.
Una política preventiva de salud pública recomendada para el uso de teléfonos móviles, inteligentes e inalámbricos
Utilice una línea de tierra por cable, siempre que sea posible.
Utilice el altavoz del teléfono para hablar, siempre que sea posible.
Utilice mensajes de texto.
Utilice el manos libres.
Cuando lleve el teléfono encima (si no lo lleva apagado OFF) evite mantenerlo cerca del cuerpo.
Si está embarazada, evite mantener el teléfono cerca de su abdomen.
Evita usar su teléfono en áreas con poca cobertura ya que el teléfono necesitará subir su potencia para estar en contacto con la torre más cercana.
Los niños, que tienen el cráneo más pequeño y de huesos más finos, deben limitar el uso del teléfono.
Nunca duerma con un teléfono encendido junto a la mesilla, a la cama o bajo la almohada.
Compre un teléfono con la menor tasa de absorción SAR, para sus necesidades.
Compre una funda de protección Cellsafe que reduzca los niveles de baja SAR.
Si necesita un teléfono inalámbrico DECT, adquiera uno que reduzca su potencia de emisión cuando no lo utilice, como el Siemes ECO DECT.
No utilice el teléfono dentro de un vehículo o en un espacio cerrado ya que el teléfono puede tener que incrementar su potencia si la cobertura es débil.

Acerca del autor
El interés de Don acerca de esta cuestión se remonta a comienzos de los años 90 cuando era escritor científico para el Senador Robert Bell en Tasmania. Como resultado de las crecientes preguntas a la oficina de Bell sobre cuestiones de telecomunicación, en el año 1996 se le solicitó que compilara un reportaje de fondo titulado Teléfonos móviles y sus estaciones base transmisoras: evidencia de daños para la salud. Daños –documento recurso para el gobierno local y la comunidad. Este fue presentado en el Parlamento por el Senador Bell, en Abril de 1996.
En 1998, Don fue dirigido al comité de estándares de Austrialia específicamente establecido para actualizar los estándares de exposición de telecomunicaciones de Australia para acomodarlos a las nuevas tecnologías. Su implicación en el proceso de definición de estándares le condujo eventualmente a ser candidato a doctor en la Universidad de Wollongon. Su tesis, que había sido aceptada en 2010, examinaba la historia de la definición de estándares de telecomunicaciones y cómo el proceso había sido manipulado por los intereses velados de la industria y del sector militar en detrimento de una adecuada protección de la salud pública. Su tesis está disponible en:
También ha publicado dos comunicaciones sobre cuestiones relacionadas con teléfonos móviles e inalámbricos.
Ha asistido a una conferencia internacional sobre efectos biológicos de los teléfonos móviles, en Moscú, Rusia.
También ha escrito un análisis de los problemas relativos a la investigación realizada en Australia sobre cuestiones de salud y móviles:
Actualmente, es miembro del comite de consulta sobre definición de estándares de potencia de frecuencia, grupo establecido por la Agencia de Seguridad Nuclear de Protección sobre Radiación de Australia (ARPANSA). También, es miembro del Colegio Australiano de Medicina Nutricional y Ambiental (ACNEM) donde ofrece charlas y presentaciones sobre salud y seguridad electromagnética en seminarios médicos prácticos.



[1]  V. Khurama, C. Teo, R. Bittar, ‘Health risks of cell phone technology’, Letter to the Editor, Surgical
Neurology , http://www.brain-surgery.net.au/Publication_PDFs/SurgNeurLett.pdf
[2]  60 Minutes transcript, ‘Wake Up Call’ Reporter L. Bartlett, April 3, 2009,
http://sixtyminutes.ninemsn.com.au/article.aspx?id=797215
[3]  V. Khurana, C. Teo, M. Kundi, L. Hardell, ‘Cell phones and brain tumors: a review including the long-term
epidemiologic data’, Surgical Neurology , Vol. 72, No. 3, pp. 205-214, Sept. 2009.
[4]  MTA media release, Children’s mobile claims run counter to weight of scientific experts, undated,
http://www.amta.org.au/articles/amta/Childrens.mobile.claims.run.counter.to.weight.of.scientific.experts_9817
[5]  Univ. of Wollongong, OUW leads new researchcentre targeting phone health concerns, Aug. 6, 2012,
http://media.uow.edu.au/news/UOW130536.html
[6]  Plibersek, T., media release, Aug. 2 2012,
[7]  Slesin, L., Italian Supreme Court Affirms Tumor Risk from Long-Term Use of a Cell Phone, Microwave
News, October 23, 2012, http://microwavenews.com/news-center/italian-supreme-court-affirms-tumor-risk
[8]  AAP letter to Congressman D. Kucinich, Dec. 12, 2012, http://www.opednews.com/articles/American-
Academy-of- Pediat-by-Dennis-Kucinich-121213-724.html
[9]  Al-Sibbbai, A., Too much cell phone usage could affect your health, Dec 12, 2012,
http://www.saudigazette.com.sa/index.cfm?method=home.regcon&contentid=20121227147265
[10]  Moskowitz, J., School of Public Health, Univ. Calif., PRLOG press release, Jan 3, 2013,
http://www.prlog.org/12052898-cell-phone-radiation-safety-limits-are-not-adequate-to-protect-publichealth.
html
[11]  Bioinitiative Working Group, Bioinitiative 2012 Report Issues New Warnings on Wireless and EMF, Jan
7, 2013, http://www.businesswire.com/news/home/20130103006502/en/BioInitiative-2012-Report-Issues-
Warnings-Wireless-EMF
[12]  Moskowitz, J., School of Public Health, Univ. Calif., PRLOG press release, Jan 24, 2013,
http://www.prlog.org/12065677
[13]  AMTA, Smartphones are a dominant technology in the lives of Australians, http://www.amta.org.au/articles/Smartphones.are.a.dominant.technology.in.the.lives.of.Australians
[14] http://techland.time.com/2011/06/01/smartphone-radiation-the-10-highest-and-10-lowest-emitters/4/
[15] http://reviews.cnet.com/cell-phone-radiation-levels/
[16]  Maisch, D., Medical warnings needed on DECT cordless phone use, J. Aust. Coll. Nutr. & Env. Med . Vol. 25 No. 2 Aug. 2006, http://www.emfacts.com/download/dect.pdf
[17] Los usuarios preocupados por los posibles efectos sobre la salud pueden minimizar su exposición a emisión de RF: limitando la duración de las llamadas, llamando dónde la recepción es buena, utilizando el dispositivo de manos libres o el altavoz, o por medio de mensajes de texto. Dada la falta de datos relativos a uso prolongado de móvil y niños, y la larga vida potencial de estos, ARPANSA recomienda que los padres consigan que los niños limiten su exposición limitando el tiempo de llamada, haciendo llamadas donde la conexión sea buena y utlizando el manos libres, el altavoz o por medio de mensajes de texto.

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