Estimado lector visitante: me llamo María del mar y soy electrosensible. Quito "el hiper" que suele intercalarse entre las voces electro y sensible porque la información científica que he leído, que ha sido mucha, explica que no lo soy. Los que nos denominamos electrosensibles, no somos hipersensibles. De hecho, todos los seres vivos, sin excepción, somos electrosensibles. Sucede que hay quien ha sufrido exposición a mayores niveles de radiación y ha desarrollado la sintomatología que llamos "electrohispersensibilidad" y que incluye multitud de afecciones: dolor de cabeza, mareos, tinitus, calambres, quemazón en la cabeza por inflamación cerebral, falta de claridad mental y dificultades en la expresión, dolor de articulaciones, fatiga física, insomnio,.... Pero también sucede que hay personas expuestas a esos mismos niveles de radiación que no desarrollan ese tipo de síntomas, pero que, sin embargo, se ven afectadas a medio y largo plazo (5-10 años) por graves patologías. Por ello, los términos electrosensible o electrohipersensible son etiquetas que se utilizan para poner nombre a una multitud de casuísticas posibles que tienen como resultado un rosario de molestias y síntomas, pero que no comprenden todos los efectos negativos que para la salud tiene la radiación
electromagnética. Lo terriblemente grave es que la ciencia nos avisa de que los niveles que se creían inocuos para la salud son mucho menores de lo que se pensaba. Es decir, la radiación electromagnética que hoy nos invade es gravemente perjudicial a niveles muy bajos, mucho menores, en miles de veces, de los que la ley permite.
Digo esto, porque, gracias a mi nueva condición, afortunadamente, me he hecho muy consciente de esos peligros. Pero entiendo que la mayoría de los ciudadanos, al menos en España, desconocen los riesgos y los niveles de radiación a los que están siendo sometidos.
El primer culpable, los niveles permitidos por la ley, consentidos en España por los distintos gobiernos. España es el país más permisivo en electrocontaminación de la CEE.
El segundo culpable, la desinformación legalmente permitida y fomentada para alimentar el negocio de las grandes multinacionales de la comunicación.
Este blog nace con la intención de arrojar luz sobre estas cuestiones, reuniendo la información nacional e internacional disponible y fomentar el asociacionismo, el ciberactivismo y la participación ciudadana al respecto.
Otro mundo es posible.
Let's do it!!
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