Su suicidio nos impactó a todos. Yo lo recuerdo bien y eso que todavía no me sabía ya afectada de lo que ella padecía. Gracias a las reiteradas denuncias y apariciones públicas que ella y su familia protagonizaron, muchas personas en España supimos que existe una cosa, una dolencia, un mal que se llama Electrosensibilidad. Desafortunadamente, Ángela no tuvo fuerzas para soportar el progresivo deterioro de su salud, de su calidad de vida y tampoco de la de su familia.
Hoy se cumple el primer aniversario de su muerte. Nada ha cambiado legalmente. Pero su familia sigue en pié de guerra, recordándola, defendiendo la injusticia que padeció y que se extiende poco a poco cada vez entre más ciudadanos.
Mi estrella de mar publica hoy la convocatoria de una concentración en su memoria y en defensa de otras leyes que regulen la contaminación electromagnética. La reunión tendrá lugar en Pinto, ciudad en la que Ángela residía.
En mi caso, no puedo estar presente. Desde aquí, todo mi apoyo a la familia y a la causa.
Un abrazo.
In memoriam
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